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El analfabetismo, esa otra forma de esclavitud

Katerina Markelova

UNESCO

"Si el siglo XIX puede enorgullecerse de haber abolido legalmente la esclavitud, el siglo XX debería consagrarse a suprimir esa otra forma de esclavitud que es el analfabetismo", declaró en 1949 Jaime Torres Bodet, Director General de la UNESCO de 1948 a 1952.

La lucha por “esa otra forma de esclavitud” figura de manera prominente en el mandato de la UNESCO desde su fundación. Al término de la Segunda Guerra Mundial, esa lacra afecta al 44% de los adultos del mundo, con fuertes disparidades según regiones y países. En algunos estados, como Malawi, sobrepasa la barrera del 90%.

Europa no queda al margen. En Calabria, en el sur de Italia, casi la mitad de la población no sabe leer ni escribir. Allí la UNESCO participa, en colaboración con el gobierno italiano y varias organizaciones no gubernamentales, en una de las primeras campañas de lucha contra el analfabetismo. A esa iniciativa han seguido otras similares, como las realizadas en Irán en 1965 y en Nicaragua en 1980. En fecha más reciente, en 2008, la Organización lanzó en Afganistán una campaña de alfabetización que benefició a 1,2 millones de personas, de las que 800.000 eran mujeres.

Cerca de siete décadas más tarde se han logrado progresos considerables. En 2016 la tasa de alfabetización de adultos en el mundo alcanzaba el 86% y la de los jóvenes de 15 a 24 años el 91%. (Fuente: Instituto de Estadística de la UNESCO). En Asia Meridional, las niñas hoy pueden cursar hasta 12 años de escolaridad, cuando en 1990 la media era de solo seis años. 

Sin embargo, a pesar de los adelantos, el mapa de la educación aún muestra el estigma de desigualdades escandalosas. La mayoría de los 773 millones de adultos analfabetos del mundo son mujeres. Para reducir este segmento de población excluido de la educación, y también para promover la enseñanza de calidad y el aprendizaje a lo largo de toda la vida, se ha aprobado el Objetivo No. 4 - Educación de calidad de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, cuya coordinación corre a cargo de la UNESCO.  

 

Escuela primaria de Tamagawa Gakuen, en Tokyo, en 1962.

Curso de alfabetización en la localidad de Koloni Boundio, al sur de Mali, en 1994.

Niños de los pastores nómadas samburu juegan y aprenden en el centro de aprendizaje comunitario Loipi, en el norte de Kenya, en 2006.

La École des Trois Docteurs en Beirut es uno de los 220 establecimientos que resultaron dañados por la doble explosión que tuvo lugar el 4 de agosto de 2020. En el marco de su iniciativa Li Beirut, la UNESCO está coordinando la rehabilitación de escuelas en Líbano.

Lecturas complementarias:

La educación transforma vidas (en inglés y francés), UNESCO, 2018

Aprender es un juego de niños, El Correo de la UNESCO, octubre de 2006

La luz brilla en la escuela, El Correo de la UNESCO, marzo de 1952

 

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