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En los orígenes de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental

Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, algunos países abogaron por compartir los conocimientos oceanográficos entre todas las naciones del mundo. Sin embargo, hubo que esperar hasta diciembre de 1960 para que se creara el primer órgano encargado de reforzar la cooperación en el ámbito de las ciencias del mar: la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.

Por Jens Boel

Desde 1959 hasta 1965 surcaron el Océano Índico 45 navíos de exploración oceanográfica que enarbolaban pabellones de 14 naciones. Esta expedición científica tuvo como resultado la publicación de atlas, mapas y estudios que revolucionaron los conocimientos geológicos, geofísicos y biológicos que se tenían sobre este océano. Los datos acopiados facilitaron un mejor conocimiento de los monzones y de sus variaciones, así como el descubrimiento de nuevos recursos alimentarios y yacimientos de minerales. La expedición también sirvió para que algunos países como la India, Indonesia, Pakistán y Tailandia mejoraran sus infraestructuras en el ámbito de las ciencias del mar. Emprendimiento sin igual, esta Expedición Internacional del Océano Índico (IIOE) fue la mayor iniciativa de ese tipo adoptada hasta entonces.

La coordinación de este esfuerzo de investigación internacional sin precedentes fue la primera tarea importante de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI-UNESCO), que el 14 de diciembre de 2020 celebró su 60º aniversario.

Intercambio del conocimiento

Hasta la creación de la COI hubo que recorrer un largo camino. En la primera reunión de la Conferencia General de la UNESCO, en noviembre de 1946, India propuso la creación de un instituto de oceanografía y pesca dedicado a estudiar el Océano Índico. No obstante, la primera iniciativa política a favor de la inclusión de las ciencias marinas en el programa de la UNESCO corresponde a Japón. En 1952 el país presentó un proyecto de decisión para que la Organización se comprometiera a promover la cooperación internacional en el ámbito de la oceanografía. El objetivo era optimizar la explotación de los recursos marinos (pesqueros, minerales y energéticos) y “proporcionar una base para la coexistencia pacífica de toda la humanidad”. El proyecto fue bien recibido, pero no fue secundado por un compromiso de recursos significativo por parte de la UNESCO. La apertura se produjo en 1954, en la siguiente reunión de la Conferencia General, cuando Japón volvió a proponer el lanzamiento de un programa de ciencias del mar.

Nunca antes de 1960 la oceanografía había figurado a un nivel tan alto en la agenda política internacional

El Año Geofísico Internacional, AGI (julio de 1957 - diciembre de 1958), desempeñó un papel esencial en la dinámica del proceso que impulsó la creación de la COI. El AGI elaboró el marco de una importante serie de actividades geofísicas a nivel mundial. Aunque la más conocida de ellas fue la puesta en órbita por parte de los soviéticos del primer satélite artificial, el Sputnik 1, el AGI también reforzó considerablemente el interés de la comunidad internacional por los proyectos oceanográficos.

Ese interés obedecía a diversos motivos, en particular, al estudio del oleaje, las corrientes y las mareas, a la preocupación por la contaminación radioactiva, a la búsqueda de recursos alimentarios o naturales, y al afán de los científicos de mejorar el conocimiento de los grandes fondos marinos y de las interacciones entre los océanos y la atmósfera. Poco a poco fue cobrando fuerza la idea de que era necesario recoger y compartir más datos sobre todas esas cuestiones a escala mundial.

En julio de 1960, la UNESCO organizó una conferencia oceanográfica en Copenhague, Dinamarca. Delegaciones de 35 países y representantes de diversas organizaciones internacionales recomendaron la creación de un nuevo órgano intergubernamental para fomentar la investigación científica de los océanos. En diciembre de 1960 la propuesta fue aprobada por la Conferencia General.

Se trataba de una novedad. Nunca hasta entonces la oceanografía había figurado a un nivel tan alto en la agenda política internacional.

De los orígenes a la acción

Algunos de los científicos que impulsaron la creación de la COI hubieran preferido la creación de un organismo de las Naciones Unidas con entidad propia, la Organización Oceanográfica Mundial (OOM). Otras agencias del sistema de las Naciones Unidas pusieron en tela de juicio los motivos por los que la UNESCO debería tomar la iniciativa en este ámbito. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), pusieron de relieve sus competencias en materia de pesca y de meteorología.

La cuestión del reparto de competencias en el seno del sistema de las Naciones Unidas representó un desafío a lo largo de los años, pese a que la mayoría de las actividades de la COI se han llevado a cabo en estrecha cooperación con las agencias del sistema y otras partes interesadas. La COI desempeña también un rol en las actividades de las Naciones Unidas, como en la Convención sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), el marco jurídico global para los océanos.

Otro problema fue extender el mandato de la recién creada Comisión. Desde el principio se planteó el dilema de si se debía prestar apoyo a las investigaciones más avanzadas para expandir lo más rápido posible los límites del conocimiento, o centrarse en el desarrollo de las capacidades oceanográficas de los países en desarrollo. De hecho, la COI simultaneó ambas tareas, hoy en día más focalizada en esta el fortalecimiento de las capacidades.

Durante sus 60 años de existencia, la Comisión, que cuenta actualmente con 150 Estados Miembros, ha ido reorientando sus actividades hacia los sistemas de observación sistemática y permanente, como el Sistema Mundial de Observación de los Océanos (GOOS) creado en 1991, y hacia el concepto general de desarrollo sostenible. No obstante, el leitmotiv de su labor lo siguen constituyendo la investigación y la diseminación del conocimiento sobre todas las cuestiones relacionadas con la oceanografía, como prueba su Informe Mundial sobre las Ciencias Oceánicas.

El leitmotiv de la labor de la COI lo siguen constituyendo la investigación y el intercambio de los conocimientos oceanográficos

Una primera realización fue la creación en 1961, del Intercambio Internacional de Datos e Información Oceanográficos (IODE), que se convirtió en la piedra angular de la COI. Entre los proyectos que componen este programa figura, desde 2009, el Sistema de Información Biogeográfica de los Océanos (OBIS). Otro de los puntos fuertes de las actividades de la COI es el Sistema de Alerta contra los Tsunamis y Atenuación de sus Efectos en el Pacífico (PTWS). Creado en 1965 con el objeto de salvar vidas, desde entonces ha servido de modelo para otras regiones expuestas como el Océano Índico, el Caribe, el Atlántico Nordeste y el Mediterráneo.

La COI también encabezó las actividades del Decenio Internacional de Exploración Oceánica (1971-1980) cuyo objetivo era sensibilizar sobre la importancia de las ciencias del mar. Por eso es totalmente natural que, cincuenta años más tarde, se haya convertido en la agencia líder cuando las Naciones Unidas proclamaron 2021-2030 el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible.

Jens Boel

Historiador de nacionalidad danesa y archivero jefe de la UNESCO de 1995 a 2017, ha sido el inspirador del proyecto “Historia de la UNESCO”, iniciado en 2004 y destinado a fomentar la utilización de los archivos de la Organización. Su próxima obra, “Exploring the Ocean”, dedicada a la historia de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, será publicada en 2022.

Océanos: ¡cambio de rumbo!
UNESCO
Enero-Marzo 2021
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