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El K-pop, un remedio contra la crisis

Mientras algunos componentes del sector cultural se han paralizado debido a la pandemia, el K-pop –un género musical surcoreano convertido en un fenómeno mundial– ha seguido prosperando durante la crisis sanitaria.

Yu Young Jin

Periodista independiente afincada en Seúl, República de Corea.

“Dynamite”, la primera canción íntegramente en inglés del grupo de K-pop BTS, fue un éxito tan grande cuando se lanzó en agosto de 2020 que el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo estimó que aportó más de 1.400 millones de dólares a la economía de la República de Corea. El vídeo de la popular boy’s band pulverizó todos los récords en YouTube, con un total de 101,1 millones de visitas en un día, veinticuatro horas después de su salida.

El K-pop, que es con mucho la exportación cultural más importante del país, no ha sufrido la crisis sanitaria. Al contrario. Su influencia, medida por la popularidad de los conciertos en línea, ha crecido constantemente en los últimos meses. Por ejemplo, KCON:TACT 2020, un concierto en línea de una semana de duración celebrado durante la pandemia, atrajo en junio de 2020 a más de cuatro millones de visitantes.

Cerca del 40% de los asistentes a estos eventos virtuales dice que volvería a comprar entradas, según la Korea Creative Contents Agency (Agencia coreana de contenidos creativos), que promueve la producción cultural surcoreana. Dado el potencial económico de estos conciertos en línea, el gobierno anunció que destinaría 29.000 millones de wones, la moneda del país, a construir un estudio para animar a las empresas de entretenimiento a celebrar más eventos de este tipo.

Una juventud hiperconectada

Privados de salidas y actividades, los jóvenes coreanos se han volcado en exceso en las pantallas, convertidas en su única forma de acceder a la cultura y la información.

Una encuesta realizada por la consultora 20s Lab sobre el consumo de medios de comunicación por parte de la Generación Z indica que el 88,4% de los entrevistados admite haber pasado más tiempo en las plataformas digitales durante la pandemia. Entre los jóvenes coreanos son especialmente populares YouTube, el streaming y los programas de televisión.

En un país que se encuentra entre los más conectados del mundo, con una tasa de penetración de Internet superior al 95% en 2018, no es de extrañar que casi el 87% de los jóvenes de entre 20 y 29 años estén hiperconectados y sean adictos a las redes sociales, según una encuesta de 2019 realizada por Statista, una plataforma mundial de datos comerciales.

Casi una cuarta parte de los jóvenes entrevistados en octubre de 2020 en la encuesta realizada por 20s Lab fueron calificados de “usuarios intensivos”, heavy users, y pasan más de tres horas diarias en las redes sociales. La encuesta también reveló que cada plataforma se utilizaba con un propósito diferente: Instagram para estar en contacto con los amigos y transmitir intereses personales, Facebook para encontrar información útil o compartir contenidos interesantes, y Twitter para expresar sentimientos o reacciones. 

Minjeong Kang, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Hongik de Seúl, observa que la Generación Z “quiere estar conectada todo el tiempo y expresar sus convicciones” en las redes sociales.

Otro rasgo distintivo es que, a diferencia de las generaciones anteriores que disfrutan de los contenidos de ficción de larga duración, los jóvenes de hoy prefieren los vídeos cortos centrados en la realidad. En su investigación, Minjeong Kang demostró que más del 80% de la Generación Z del país utilizaba YouTube como principal fuente de información.

Superar la fatiga pandémica

Los vídeos de K-pop han tenido incluso efectos beneficiosos en el estado psicológico de los jóvenes. Muchos dicen que les han ayudado a superar la fatiga pandémica, término que describe la ansiedad causada por la crisis sanitaria.

En respuesta a esta moda de los programas musicales y los formatos cortos, la industria se ha adaptado. Los contenidos relacionados con el K-pop han ayudado a canales como Dingo Music a atraer más de 2,7 millones de suscriptores en YouTube. Lanzado en 2015, el canal se dirige a la generación de entre 18 y 24 años, y presenta a los ídolos y artistas más populares del país, entre ellos cantautores como Hyuna, Taemin y Chung Ha. 

Antes de utilizar YouTube como plataforma principal, la empresa empezó en Facebook y se especializó en “snack videos” de un minuto, contenidos muy breves con una edición rápida. Este formato respondía a la limitada capacidad de atención de los jóvenes, dice Jay Yeon, antiguo productor de Dingo Music, que atribuye parte del éxito de la compañía a su rápida adaptación a las plataformas de redes sociales de moda. 

El K-pop también ha dado impulso a los sitios de streaming de música de pago, como Melon, la aplicación del género más popular en la República de Corea entre los jóvenes, seguida de YouTube Premium, según Statista. Para 20s Lab, los miembros de este grupo de edad escuchan una media de 137 minutos de música al día.

Aprovechando la popularidad de esta música pop entre las generaciones más jóvenes, han surgido nuevas redes sociales, como Clubhouse, una red de audioconversación a la que sólo se puede acceder por invitación y en la que miembros de todo el mundo pueden chatear en tiempo real. 

Impulsadas por el enorme éxito de los grupos de K-pop, estas nuevas tendencias de consumo cultural no nacieron con la crisis sanitaria, pero la pandemia las ha amplificado y acentuado. Y cabe pensar que están aquí para quedarse. 

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