Idea

Veinte mil sonidos submarinos

Durante mucho tiempo pensamos que era el mundo del silencio. Sin embargo, los sonidos desempeñan un papel crucial para muchos organismos marinos. Pese a ello, el ruido generado por las actividades humanas amenaza la supervivencia de algunas especies. Michel André, especialista en acústica y director del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la Universidad Politécnica de Cataluña en Barcelona (España), advierte sobre los peligros de esta contaminación acústica.

Entrevista realizada por Laetitia Kaci

UNESCO

¿El océano produce ruido?

En el océano, el sonido es sinónimo de vida. Dado que la luz no penetra a más de unos pocos metros de la superficie, es el único portador de información que los habitantes del mar tienen a su disposición para comunicarse.

Pero la conciencia de la importancia de estos sonidos se remonta sólo a unos 20 años. En efecto, como el oído humano no fue diseñado para oír bajo el agua, el sonido del mar ha sido ignorado durante mucho tiempo, como se muestra en el documental de Jacques-Yves Cousteau y Louis Malle, Le monde du silence (El mundo del silencio), estrenado en 1956.

Hoy en día, gracias al desarrollo de nuevos procedimientos capaces de captar los sonidos subacuáticos, como los hidrófonos, podemos afirmar que el mar es un mundo de 20.000 sonidos esenciales para la vida marina.

Este descubrimiento también nos ha abierto los ojos a la intensidad del ruido producido por las actividades humanas. Durante más de 80 años, desde el comienzo de la explotación industrial de los mares, hemos estado, sin saberlo, contaminando acústicamente el océano.

Durante más de 80 años, hemos estado, sin saberlo, contaminando acústicamente el océano

¿Cuáles son las consecuencias de este descubrimiento?

Cuando nos dimos cuenta de que los sonidos antropogénicos podían amenazar el equilibrio del océano, la comunidad científica dirigió por primera vez su atención hacia las 89 especies que componen el orden de los cetáceos. Hoy en día, hemos logrado identificar la sensibilidad acústica de casi el 25% de estas especies que utilizan el intercambio acústico a diario, ya sea para la caza o la reproducción. Desde hace más de 30 millones de años, la evolución de sus cerebros de algunas especies se basa en esta percepción. 

Aún más sorprendente es que hace diez años descubrimos que los invertebrados marinos (cefalópodos, crustáceos, mariscos, medusas, corales...) poseen órganos sensoriales a pesar de no tener un sistema auditivo. Estas especies son sensibles a la percepción de las vibraciones sonoras. Expuestos a los ruidos antropogénicos, sufren un trauma acústico que amenaza su supervivencia. Esta es una de las más serias amenazas al equilibrio de los océanos.

El ruido antropogénico amenaza el equilibrio de los océanos

¿Cuál es el impacto de estos ruidos en la fauna marina?

Su efecto principal es interferir las señales de comunicación. La información sonora necesaria para la supervivencia de ciertas especies no les llega debido a la contaminación acústica. El ruido puede desorientar a los cetáceos o impedirles escuchar un barco que se aproxima.

También pueden matar. La fuente de sonido producida es a veces tan intensa para un receptor animal que causa un trauma inmediato que, para algunos organismos, es fatal. Tal es el caso de las fuentes de sonido asociadas a la exploración petrolera o a las maniobras militares submarinas.

Por último, también existe el traumatismo acústico. La exposición prolongada a una fuente de sonido puede provocar la fatiga de los órganos receptores, hecho que da lugar a daños irreversibles, como por ejemplo la incapacidad de captar los sonidos.

En marzo pasado, la reducción del tráfico causada por el confinamiento mundial, ¿condujo a una disminución de la contaminación acústica del océano?

Nuestra red mundial de observatorios submarinos LIDO-Listen to the Deep Ocean (Escuchad la profundidad oceánica) nos ha permitido realizar un estudio comparativo de los niveles sonoros. El confinamiento ha conducido efectivamente a una disminución del tráfico de actividades marinas y, por lo tanto, de la intensidad de los niveles de ruido en el mar. Sin embargo, esta disminución no fue realmente significativa. Es comparable a otras épocas del año en las que el tráfico suele ser menos denso. 

¿Cómo puede combatirse la contaminación acústica?

Durante más de diez años, se ha realizado un esfuerzo de adaptación para reducir el impacto acústico. En los buques de transporte, por ejemplo, la sala de máquinas está ahora aislada para evitar que el ruido y las vibraciones pasen a través del casco.

Las industrias están tomando iniciativas para reducir el ruido conexo a sus actividades. Los constructores de parques eólicos, en particular, están utilizando sistemas de membranas y cortinas de burbujas para reducir el ruido generado por la instalación de turbinas eólicas.

Por último, también es posible actuar sobre las fuentes de sonido relacionadas con la exploración de petróleo o las operaciones militares. Hoy en día, las tecnologías permiten detectar la presencia de especies y esperar a que se alejen para limitar la perturbación ocasionada por el ruido.

Esta entrevista se realizó en el marco de la colaboración de El Correo de la UNESCO con ChangeNOW, cuya cumbre se celebrará los días 27, 28 y 29 de mayo en París. Reunirá a los responsables, los empresarios y los innovadores con soluciones concretas para un mundo sostenible.

Océanos: ¡cambio de rumbo!
UNESCO
Enero-Marzo 2021
UNESCO
0000375277