Idea

En Argentina, bookfluencers a la última

Seguidos por miles de jóvenes lectores, los influencers literarios que comparten sus flechazos editoriales en las redes sociales se han convertido en actores imposibles de obviar en el panorama editorial juvenil.
Boris Séméniako para El Correo de la UNESCO

Natalia Páez
Periodista en Buenos Aires, Argentina

En 2014, la llegada de James Dasher a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Buenos Aires, la más concurrida de todas las ferias del libro de habla hispana del mundo, provocó casi una revuelta. Libros en mano, cientos de jóvenes aguardaban la llegada del autor de la popular trilogía The Maze Runner con el mismo fervor que si se tratara de una estrella de rock.

El espacio destinado a la firma de libros no alcanzó, las filas sobrepasaron el lugar hasta llegar a la calle y la Feria tuvo que dejar abiertas sus puertas hasta las dos de la madrugada. Según las autoridades de la Feria, no ocurría nada parecido desde que el famoso escritor estadounidense Ray Bradbury visitó Argentina en 1997. Con la diferencia de que, en esta ocasión, era un autor de literatura infantil y juvenil quien provocaba la avalancha.

#flechazos

Diez años después, la buena salud de los libros juveniles, potenciada por las redes sociales, no va a menos. Más bien al contrario. Este éxito debe mucho a los influencers literarios que comparten sus flechazos en las plataformas de moda. A menudo muy jóvenes, estos “bookfluencers”, que serían unos 4.000 en Argentina, alcanzan un público enorme. 

Los influencers han contribuido a un incremento del 50% de las ventas de libros juveniles en Argentina

Es el caso de Victoria Resco. Con 21 años, solo en su canal de Tik Tok tiene más de 1,4 millones de seguidores y sus publicaciones suman 58,4 millones de “likes”. Comenzó en su casa a los 17 años y su primera publicación data del pandémico julio del 2020. Desde entonces se ha convertido, además, en una exitosa autora con la publicación de Reino de papel, un libro que ha promovido naturalmente en su plataforma. “Hoy por hoy, ser autor viene de la mano con tener presencia en redes”, opina. 

Las editoriales han visto el enorme partido que pueden extraer de esos críticos en ciernes que tienen un número de seguidores vertiginoso. “Las editoriales muchas veces te piden cuando publicas un libro que lo publicites tu también” confirma Victoria Resco. Los propios editores confiesan que las redes sociales han cambiado las reglas del juego. “El hashtag #booktok, que suma más de 50.000 millones de visualizaciones, está revolucionando el mundo editorial. Desde Penguin Random House trabajamos con influencers cuyas reseñas son virales”, precisa por su parte Sara D’Angelo, gerente de este grupo editorial estadounidense.

De lo virtual a lo real

El crecimiento de los influencers literarios llevó a la FIL Buenos Aires a crear una comisión de actividades juveniles compuesta por representantes de editoriales y jóvenes, y así fue como, en 2015, la Movida Juvenil organizó el primer Encuentro Internacional de Booktubers. 

“Es un fenómeno que no se queda en las redes. Primero saltó de la virtualidad a la Feria del Libro y luego a las editoriales, que empezaron a contratar a los chicos o a colaborar con ellos. Se traduce en esta maravilla de ver a los jóvenes leyendo y llevándose libros… uno siente que la lectura no está en vías de extinción, sino todo lo contrario”, opina Ezequiel Martínez director de la FIL Buenos Aires.

No solo el libro no está muerto, sino que son los propios jóvenes quienes aseguran su éxito

Lo que comenzó siendo un grupo de bloggers ya no es un pequeño colectivo, sino una cadena de creadores de contenidos digitales que se multiplica cada año. Muchos han sido captados por editoriales juveniles y en algunos casos están al frente de sellos jóvenes con éxitos rotundos de ventas. 

Melisa Corbetto, conocida como ‘Meli’, forma parte de estos apasionados que, desde los 16 años, defienden a sus autores favoritos en línea y delante de una cámara en Instagram. Meli ha sido de los que han pasado al otro lado de la cámara y actualmente regenta una editorial. A sus 33 años es Directora Editorial del sello juvenil V&RYA, uno de los más exitosos del segmento en Argentina, donde se ocupa de “fichar” a jóvenes autores. “Empezamos editando autores nóveles que hablaban en el mismo registro que los chicos en las redes, y los libros anduvieron muy bien comercialmente”, explica.

Récord de firmas

Leo Teti, de 31 años, también forma parte de los influencers literarios de la primera oleada. Instalado en Barcelona, hoy es Director Editorial Global del grupo Urano World, en cuyo catálogo figura la autora americana Shelby Mahurin, que ostenta el récord de firmas en la FIL Buenos Aires habiendo alcanzado ¡12 horas consecutivas! ¿Los fans de hoy son verdaderamente los lectores del mañana? Así lo cree Leo.  “Hay algo que me gusta mucho y es ver cómo estos influencers también se están volcando a la ficción adulta, e incluso a la narrativa más literaria. Y, aun así, se han vuelto virales en redes gracias a todos estos jóvenes que promueven su pasión por la lectura”, analiza.

En efecto, las redes llevan a la estratosfera a autores ya consagrados, sobre todo anglosajones, y el entusiasmo de los jóvenes por los libros beneficia así, aunque en menor medida, a los escritores hispanófonos. “Llevo en España casi tres años y veo que aquí hay un gran público de autores locales de literatura juvenil”, asegura Leo. 

La pionera en trabajar con actividades dirigidas al público juvenil fue sin dudas la Feria de Guadalajara, en México. En su última edición Tik Tok tuvo su propio stand: “Fue una alianza muy provechosa. De los 2.113 representantes de medios registrados el año pasado, el 20% era de creadores de contenidos”, explica Mariño González, jefa de prensa de esta prestigiosa feria. 

No es nada sorprendente ver cómo los creadores de contenidos digitales ocupan espacios privilegiados en las ferias cuando uno sabe el impacto que generan en las ventas. “Uno de nuestros grandes prodigios de 2022 fue la autora española Alice Kellen. Es un fenómeno de superventas, y el trabajo que hicieron los bookfluencers fue fundamental para su éxito comercial”, señala María Estomba, directora de marketing y comunicación de Grupo Planeta Argentina. Pero el apoyo de estos influencers literarios, que finalmente conservan su libertad editorial, no está garantizado. “También te pueden tirar abajo un libro o un autor que no les gusta”, advierte. 

Estos jóvenes, nativos digitales, no han abandonado la lectura, como algunos predecían, y adoran el libro como objeto: “Valoran los libros con postales, con sobrecubiertas, con señaladores… Se podría pensar que quieren leer en digital, sin embargo, aman el libro objeto”, recalca Marcela Luza, que durante cuatro años estuvo al frente del sello V&R. Cris Alemany, responsable de la Movida Juvenil en la FIL Buenos Aires describe, por su parte, una juventud de costumbres híbridas. “A la Feria siempre vienen más de un millón de personas y más de la mitad son jóvenes. Eso nos llena de orgullo y esperanza”.