Idea

La trata de esclavos trasatlántica contada por los restos submarinos

Frente a las costas de la isla senegalesa de Gorée, símbolo de la esclavitud, investigadores africanos sondean el fondo marino para elaborar una cartografía de los restos de barcos de esclavos. La idea no es solamente documentar la historia de la trata trasatlántica, sino también abordarla de una forma diferente.
Le professeur Ibrahima Thiaw et ses étudiants en mission au large de l’île de Gorée en 2016.

Madick Gueye
Doctor en Arqueología Subacuática, coordinador del Slave Wrecks Project en Senegal, en la Unidad de Investigación en Ingeniería Cultural y Antropología (URICA) del IFAN, Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar.

Lugar de memoria histórica de la trata trasatlántica, la isla de Gorée fue el mayor centro de comercio de esclavos de la costa africana del siglo XV al XIX. Miles de seres humanos pasaron por esta pequeña isla situada a cinco kilómetros de Dakar, rumbo a convertirse en mano de obra forzosa en plantaciones de las Américas.

Se calcula que cerca de medio millar de barcos de esclavos naufragaron en las aguas que separan América del continente africano. Sin embargo, solo una mínima parte de estos restos se conoce y está inventariada hoy en día. Todavía queda un inmenso trabajo de cartografía por hacer. Identificar estos pecios y excavar esos sitios arqueológicos submarinos permitiría recabar preciosos datos científicos y esclarecer la trágica historia de este comercio triangular.

Las aguas que rodean la isla de Gorée, inscrita desde 1978 en la Lista del Patrimonio Mundial, contienen buena parte de esta historia. Por esta razón, hace algunos años, en 2016 y 2017, el equipo de buzos investigadores del Institut fondamental d'Afrique noire (Instituto Fundamental del África Negra, IFAN) de la Universidad Cheikh Anta Diop llevó a cabo dos misiones de prospección arqueológica submarina. Gracias a un magnetómetro que detecta la presencia de metales, combinado con un sistema de navegación y una sonda de profundidad, pudimos cubrir todo el litoral de la isla sobre un radio de 500 metros. Este trabajo de inventario del patrimonio cultural subacuático senegalés ha permitido hasta ahora identificar 24 yacimientos arqueológicos.

El Pasaje del medio

El equipo también ha llevado a cabo inmersiones en algunos de los yacimientos identificados. Nuestra misión era clara: evaluar el potencial de los yacimientos, medir su extensión, cartografiar las estructuras visibles y estudiar su entorno, un factor decisivo para la conservación de los restos. A estas alturas de la investigación, ya han sido identificados dos sitios importantes: El HMS Senegal, que naufragó en 1780, y un segundo sitio, que se cree que data de principios del siglo XIX y para cuya identificación completa se necesitan todavía algunas estimaciones.

Las investigaciones llevadas a cabo en Senegal se centran en el Pasaje del medio, la etapa trasatlántica del comercio triangular entre Europa, África y América que, a día de hoy, sigue siendo un ámbito poco documentado. Dada su situación estratégica y su importante función en las interacciones comerciales transatlánticas, Senegambia -zona geográfica que históricamente corresponde a las cuencas de los ríos Senegal y Gambia- alberga un conjunto de zonas privilegiadas para localizar, identificar y documentar yacimientos submarinos de barcos de esclavos.

Las costas de Senegal podrían albergar varios sitios donde yacen restos de embarcaciones de esclavos

Durante más de cuatro siglos, miles de embarcaciones europeas de esclavos navegaron a lo largo de la costa occidental de África, especialmente las zonas costeras de Saint-Louis, Gorée, Rufisque, Portudal, Joal (actual Senegal), Albreda (actual Gambia) y Rivières du Sud (actual Guinea). 

A causa de ciertos obstáculos a la navegación, como la escasa visibilidad y los bancos de arena, así como por la rivalidad entre las potencias europeas, muchos de estos barcos naufragaron y, con ellos, miles de esclavos que habían sido obligados a embarcar. Reconstruir lo que debió de ser la vida a bordo y el calvario de aquellos hombres y mujeres es una de las ambiciones de nuestro programa.

Una formación en el aula y en el mar

Estas investigaciones se llevaron a cabo en el marco del proyecto de estudio de restos de barcos de esclavos Slave Wrecks Project, iniciado por el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana de la Institución Smithsonian (organismo de investigación científica estadounidense) de Washington DC. La red internacional de expertos e instituciones puesta en marcha en este contexto tiene por objetivo documentar la historia de la trata, pero también abordarla de forma diferente, poniendo al humano en el núcleo del relato.

La formación constituye una dimensión esencial de esta iniciativa, que reúne africanos y afrodescendientes estadounidenses para estudiar arqueología subacuática, tanto en el mar como en el aula. Desde 2014, el Slave Wrecks Project ha permitido formar a un grupo de investigadores del Laboratorio de Arqueología del IFAN en buceo y en técnicas de arqueología subacuática, contribuyendo así a la constitución del primer equipo de arqueología submarina de África Occidental dirigido por africanos.

La Universidad Cheikh Anta Diop ha creado el primer equipo de arqueología subacuática de África Occidental dirigido por africanos

La voluntad de documentar la historia de la trata a partir de vestigios que yacen en el fondo del mar no es nueva. Desde finales de los años 1980, los investigadores se han dedicado a ello siguiendo el ejemplo del arqueólogo subacuático francés Max Guérout. En 1988 este investigador dirigió dos misiones de buceo en las costas de la isla de Gorée en el marco del programa de la UNESCO de salvaguardia de la isla. Se trataba de localizar los sitios de fondeo de los barcos y localizar los restos. El trabajo del profesor Ibrahima Thiaw, arqueólogo senegalés y especialista en las condiciones de vida de los esclavos en Gorée, también ha sido determinante en el despegue de esta disciplina en Senegal.

Un pasado muy presente

La trata trasatlántica no pertenece solamente al pasado. Todavía hoy la sociedad senegalesa está marcada por el estigma de la esclavitud. Los estereotipos raciales nacidos de la trata atlántica han tenido una profunda repercusión en las relaciones interculturales. 

Además, la cuestión del papel desempeñado por el continente africano en la explotación de los esclavos negros sigue siendo objeto de debate y a veces se reduce a lecturas simplistas y pueden generar malentendidos y tensiones con los afrodescendientes americanos. Es cierto que la responsabilidad de los africanos está comprometida y no se puede omitir, pero la economía moral y política de la trata de esclavos es muy compleja y no puede reducirse a esos tópicos.

En este contexto, comprender mejor el pasado y los complejos motivos de la trata trasatlántica es esencial para favorecer el diálogo y apaciguar las heridas del presente, que a veces todavía siguen abiertas, y esto puede ser más factible si permitimos a las poblaciones locales apropiarse de la historia de la trata de esclavos negros asociándola a las investigaciones. 

Con la condición, eso sí, de que los restos puedan seguir aportando informaciones a las futuras generaciones. Ahora bien, los sitios arqueológicos submarinos están sometidos a diversas amenazas. En aguas abiertas, los microorganismos, la fauna submarina y los efectos mecánicos del mar, las corrientes e incluso las artes de pesca destruyen rápidamente las estructuras de los pecios.  

En cuanto a los vestigios extraídos del agua, son muy frágiles. Enterrada en el sedimento, al abrigo de la luz y en un entorno pobre en oxígeno, la materia orgánica se conserva muy bien, mientras los metales, son menos sensibles a la compleja química que actúa en el agua de mar. No obstante, ningún objeto puede preservarse sin un tratamiento de conservación adecuado, y esto es especialmente cierto en el caso de la madera y los objetos férreos. De hecho, los objetos arqueológicos sacados del mar por Max Guérout a finales de la década de 1980 ya están en proceso de deterioro.

Senegal todavía no dispone de un laboratorio de conservación, indispensable para proseguir las excavaciones arqueológicas subacuáticas

A día de hoy, Senegal todavía no dispone de un laboratorio de conservación, algo indispensable para proseguir las excavaciones arqueológicas subacuáticas. La creación de una estructura de este tipo es, por lo tanto, esencial para poder realizar excavaciones, poder seguir con nuestras investigaciones y, desde una perspectiva más, poder documentar la historia de la trata trasatlántica.