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El teléfono móvil, la brújula imprescindible de los migrantes

Los teléfonos móviles se han convertido en un elemento clave para la supervivencia de los refugiados y migrantes, ya que les permiten mantener contacto con sus familias, buscar ayuda económica en caso de apuro y obtener información esencial para la continuación de su ruta. Una investigación llevada a cabo en Fez, en Marruecos, pone de manifiesto la importancia decisiva de las tecnologías móviles en todas las etapas de su viaje.

Por Moha Ennaji

“Para mantener contacto con mi familia, a veces tengo que elegir entre comer o conectarme a Internet. Cuando necesito dinero, les hago una llamada por WhatsApp y me lo envían rápidamente”. Estas palabras de Mamadu, un nigeriano de 22 años, resumen el papel clave que desempeñan ahora los teléfonos móviles en la vida de los inmigrantes. Una prueba de esta importancia crucial: los refugiados pueden destinar hasta un tercio de su presupuesto a conectarse a Internet, según la oficina de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) en Rabat.

Los refugiados pueden destinar hasta un tercio de su presupuesto a conectarse a Internet

Cuando los emigrantes abandonan sus países de origen, dependen totalmente de sus teléfonos móviles. Los teléfonos inteligentes y las tabletas tienen un impacto significativo en las experiencias de cada etapa de su viaje. Esto es lo que se desprende del trabajo de campo que realicé entre 2017 y 2019 en Fez, junto con Filippo Bignami, investigador de la Universidad de Ciencias Aplicadas de la Suiza italiana, con refugiados y migrantes indocumentados de Siria, Libia y el África subsahariana.

Durante mucho tiempo tierra de emigración, Marruecos se ha convertido, desde mediados de la década del 2000, en lugar de tránsito y acogida para un gran número de migrantes procedentes del África subsahariana (Congo, Côte d’Ivoire, Malí, Nigeria y Senegal, en particular) que desean llegar a Europa a través de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla o a través de las Islas Canarias, antes de cruzar el Mediterráneo o el Océano Atlántico. Aunque generalmente consideran su estancia en Marruecos como una simple escala, muchos acaban quedándose allí durante meses, o incluso años, en condiciones difíciles.

Cooperación y apoyo mutuo

Las personas que entrevistamos tenían distintos niveles de educación, hecho que influía en su “alfabetización digital”, es decir, en su capacidad para aprovechar las oportunidades que brindan Internet y las redes de tecnología móvil.

No es de extrañar que hayamos constatado que los dispositivos tecnológicos facilitan el intercambio de información en el período previo al viaje, en particular en la motivación para salir y la elección de destinos y rutas, y luego a lo largo del viaje.

También facilitan la cooperación entre migrantes y el apoyo mutuo. Vimos también que las personas en situación irregular tienden a depender más de las fuentes de información no oficiales, sobre todo de las proporcionadas por los pasadores.

Estos últimos tienen la ventaja de conocer bien las rutas, los pasos fronterizos y los procedimientos de visado. Las personas con las que nos reunimos afirmaron que reciben información precisa de los pasadores, que también utilizan las redes sociales para proporcionarles asistencia durante el viaje.

Régis, camerunés de 23 años, siguió las indicaciones de su traficante a través de una mensajería móvil desde su país hasta Fez. Sin embargo, algunos migrantes se niegan a confiar en los servicios de los pasadores y continúan su viaje utilizando aplicaciones de navegación como el GPS o Google Maps.

Vínculo con la familia

Para las personas lanzadas a las inciertas e incluso peligrosas rutas de la migración, el teléfono es también, quizás por encima de todo, un vínculo reconfortante con los parientes que quedaron en casa. Estos se mantienen informados de las condiciones del viaje a través de mensajes y fotos que se intercambian por WhatsApp, Messenger, Telegram o Facebook.

Este apoyo moral de las familias suele ir acompañado de una ayuda económica, que a menudo es una condición para proseguir viaje. Los fondos aportados por la familia suelen transferirse directamente a través de la tecnología móvil. “Sin mi smartphone y las redes sociales, me sentiría aún más excluido y aislado. Lo uso para pedir ayuda a mis amigos y para mantenerme en contacto con mi familia”, dice Yaya, un guineano de 22 años.

Pero las nuevas tecnologías no protegen contra todos los riesgos asociados a la migración irregular. Nuestra investigación reveló que los emigrantes potenciales bien informados no tienen necesariamente más éxito a la hora de llegar al destino deseado. A pesar de sus esfuerzos, se enfrentan igual que los otros a robos, asaltos o dispositivos de seguridad que los rechazan en las fronteras, obligándoles en la mayoría de los casos a permanecer en el país de tránsito.

Los emigrantes bien informados no tienen necesariamente más facilidad para llegar al destino deseado

Las nuevas tecnologías también pueden ser un vector de falsas informaciones y rumores que pueden influir en las decisiones de quienes desean marcharse. Ibrahima, marfileño de 23 años, decidió salir de su país porque había leído en Internet que una vez que llegara a Marruecos lo enviarían a un país europeo como solicitante de asilo con estudios primarios. Al darse cuenta de que no era así, arriesgó su vida noche tras noche intentando subir a un camión que se dirigiera a España. Estas historias son bastante comunes entre los inmigrantes irregulares.

Los que consiguen llegar a destino, por su parte, también influyen en la decisión de los posibles migrantes a través de las aplicaciones de mensajería y de las redes sociales compartiendo información e imágenes sobre su nueva vida.

Moha Ennaji

Presidente del Instituto de Lenguas y Culturas (INLAC), profesor de la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez, Marruecos

Historias de MIGRACIONES
UNESCO
Octubre-Diciembre 2021
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